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La Cotoya, la primera cerveza elaborada en Lugones

Miercoles 04 de Enero del 2017 a las 14:36


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Diego Rodríguez nació en Avilés, pero siempre ha vivido en Oviedo, aunque su padre es de Villayo, parroquia de Santa Cruz, y es en esta localidad llanerense donde comenzó a hacer su cerveza artesana  La Cotoya. “Empecé hace 10 años a hacer cerveza casera, busqué como la podía elaborarla por Internet, me sorprendió mucho descubrir que era un proceso algo más sencillo de lo que me imaginaba, pensé que sería más industrial. De aquella había muy poca información en internet y todo estaba en inglés, hasta que encontré la página de un chico argentino”, relató.

Primero comenzó a fabrica la cerveza en su casa de Oviedo y con el tiempo decidió ir a Villayo para no manchar tanto, “la probaron los amigos y la familia, les gustó mucho, cada vez hacía más cantidad y me liaron para que comenzará a comercializarla y empecé en 2012, en un centro de empresas que hay en Santo Adriano en Villanueva, donde alquilé un local municipal, allí estuve tres años y vi que era viable y podía funcionar, pero no tenía sitio para ampliar y tenía un tiempo determinado para estar allí, además me pillaba fuera de mano al residir en Oviedo. Al año de estar allí comencé a buscar otros sitios”, relató.

Fue en ese momento cuando encontró la nave de Lugones, que se encuentra ubicada en el polígono Puente Nora en la calle D en la parcela 48, realizó la obra y acondicionó el interior, el 31 de julio dejó Santo Adriano y tardó un tiempo en tener la luz y los diferentes permisos necesarios y empezó a fabricar cerveza el 18 de octubre, que realizó su primer lote en Lugones. “La cerveza normal que hago tiene que estar más o menos un mes o mes y medio madurando y acabo de empezar a vender esta cerveza ahora. La Cotoya se puede adquirir en cervecerías especializadas en cervezas de importación, la mayor parte la vendo a través de la distribuidora gijonesa La Peñona, que tiene cervezas de importación y artesanas. También vendo por cajas en la fábrica”, comentó.

Diego considera que la mayor diferencia entre la cerveza artesana y la industrial es la escala a la hora de fabricar, porque la industrial busca una escala muy grande, para abaratar los costes. El productor aseguró que las artesanas no pueden competir en precio con las industriales y lo que hacen es buscar un producto de calidad, “nuestros costes importantes no son la materia prima, puedo gastar en materia prima bastante pero en lotes pequeños, porque los míos son de 400 litros cada vez que hago una elaboración y esto me permite hacer cosas diferentes. Tengo una cerveza original que es La Cotoya de ale británico, pero ahora voy a sacar una especial de cara a las Navidades, que va a tener más alcohol y especias como: canela, jengibre y anís estrellado. En verano sacó otra con trigo, además de la negra y con sabor a frambuesa”, explicó.

El productor aseguró que siempre acude como cliente al Festival de la Cerveza  que organiza anualmente la Asociación Cultural Lugones se Mueve y en algún puesto se ha vendido La Cotoya en los dos últimos años. “En Asturias ahora es un buen momento para la cerveza artesana, porque está muy de moda y se vende más o menos bien, pero cada vez hay más gente haciendo cerveza. Hace tres años éramos 4 o 5, ahora somos 8 fábricas y hay más proyectos, en un par de años seremos 15 productores y llegará un momento en el que se sature el mercado. Además es una moda y supongo que bajará como la de las vinaterías hace tiempo y los Gin Tonic. Lo que está claro es que no creo que volvamos a la situación anterior donde sólo existía la cerveza industrial, porque a la gente le gusta y la seguirá tomando”, destacó.

El precio de su cerveza original es de 3 euros, y el de las especiales es de 3,5 euros. Antes de dedicarse exclusivamente a su cerveza artesana Diego trabajaba en un empresa subcontratada por HC, donde estuvo 13 años, “durante un año en los inicios compaginé los dos trabajos hasta que me di cuenta que no era viable, porque no tenía tiempo para todo y cuando vi que la cerveza podía funcionar decidí dedicarme sólo a esto”, resaltó.

 El nombre de Cotoya surge por el lema de la cerveza “Rasca pero no quema”, como ocurre con las cotoyas cuando alguien se mete en el monte. “Empecé en buen momento, porque se empezaba a conocer y no había mucha gente, pero ahora considero que es más difícil porque el mercado se está copando. Mi cerveza se vende en Asturias y participó en diferentes ferias como la más antigua que es la de Cataluña y en otra en Toledo, además de las que se organizan en la región. Mi producción es tan pequeña que no tengo problema para venderla aquí”, comentó.

Diego considera que hay dos tipos de clientes que consumen su cerveza, por un lado los amantes de los productos asturianos, que la toman por el simple hecho de ser de aquí y prefieren la original, y por otro lado, los amantes de las cervezas que les gusta probar más las especiales y diferentes.

 Las materias primas que compra son de fuera de España, ya que en países como Bélgica y Alemania venden la malta y el lúpulo en cantidades reducidas, por sacos que es lo que emplea Diego en su elaboración.

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