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SOCIEDAD

Hoy en la Plaza de Pola con: Javier Parajón

Jueves 16 de Septiembre del 2021 a las 14:29


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“Lo más importante de mi etapa en la política son las personas, pues es el día de hoy que aún me tropiezo gente que viene a saludarme con cariño o voy a tomar un café con ellos y, por encima de todo, ésa es la mayor satisfacción personal que me queda”.

“Nací en Sariegu y allí pasé toda mi vida”

Francisco Javier Parajón Vigil nació en 1950 en Sariegu, un lugar “donde pasé toda mi niñez y toda mi vida”. Recuerda ir a la escuela caminando “con lluvia, frío y xelaes” para después ayudar a su padre en la ganadería familiar: “Si él iba a segar, yo iba a atropar y cosas así”. Tras acabar la etapa escolar, aunque tenía otras ofertas de trabajo, decidió ser ganadero “porque era lo que me gustaba” y entonces aumentaron la explotación aunque “enseguida me di cuenta de lo sujeto y duro que era el trabajo, encima sin descansos ni días de fiesta. El pitu tocaba a las seis de la mañana todos los días y había que levantarse a catar aunque hubieras estado de fiesta hasta las cinco y después ir a la yerba, o acarriar balagares con el tractor o lo que tocara… Afortunadamente yo tenía el ejemplo de mi padre que además también trabajaba de albañil y me decía a mí mismo: ¿pero de qué me quejo si mi padre, con un montón de años más, lo lleva igual o mejor que yo?”.

Javier se casó con María Jesús y tuvieron tres hijos “a cual mejor, tres grandes trabajadores”, manifiesta orgulloso. A su hija menor, Covadonga, tuvo la satisfacción de casarla él como alcalde. Una familia que “estuvo a mi lado en los momentos difíciles, que siempre los hay”.

“Empecé con la política a través de un grupo de amigos, como otra manera de intentar hacer cosas por el pueblo”

“Un poco más adelante, fue cuando empecé con la política, a través de un grupo de amigos que, en vísperas de las primeras elecciones de la democracia, decidieron formar una candidatura independiente”, rememora. “Sariegu, en aquel momento, no se conocía en ningún lado, no tenía prácticamente nada, ni infraestructuras, ni redes de agua decentes… y por eso decidimos dar el paso a la política, pero no la veíamos como tal, sino como otra manera de intentar hacer algo por el pueblo”. De hecho, la primera candidatura se formó sin tener en cuenta ni las ideas políticas ni los estudios de los candidatos; era gente perteneciente a las diversas asociaciones de Sariegu que “ya se movía y estaba trabajando por el pueblo”. Una vez formada, “nadie quería encabezar la candidatura, hasta que por fin pudimos convencer a Emilio Blanco, tras dos noches peleándonos en las reuniones que hacíamos en casa de un vecino”, relata.

Así nació el grupo independiente Progreso Municipal de Sariego, Promusa, que ganó las primeras elecciones municipales en 1979.

Doce años como teniente de alcalde y veinticuatro como alcalde

“Milio, el alcalde, era tratante y estaba ausente muchas veces, por lo que me puso como teniente de alcalde a mí, que lo suplía cuando él no estaba. Y así fuimos poco a poco implicándonos: cambiamos la red de aguas, hicimos una nueva Casa Consistorial, mejoramos la red eléctrica que no llegaba bien a todos los vecinos e incluso alguno, como no anduviera listo para poner la catadora, quedaba sin catar porque no funcionaba… Y así pasaron tres legislaturas gobernando, hasta que Milio decidió que no seguía”.

Tras doce años como concejal, Javier Parajón accedió a la alcaldía de Sariegu en 1991, puesto en el que permanecería durante veinticuatro años seguidos, siempre con mayoría absoluta.

“Hasta entonces, cuando venía algún vecino con un problema que yo viera complicado de solucionar, siempre podía decirle que volviera cuando estuviera Milio pero ahora esa disculpa ya no la tenía; fuera lo que fuera, había que solucionarlo”, expresa. El exalcalde destaca haber tenido dos

grandes maestros en el mundo de la política: Emilio Blanco, el anterior alcalde saregano y Julián Fernández, quien fuera alcalde naveto. “Fueron dos apoyos que tuve de quienes aprendí mucho y bueno, pues siempre me asesoraron y me siento orgulloso de haber estado a su lado. Ambos me decían siempre lo mismo: que era mejor dejar las cosas enfriar, que si tienes un problema o lo tiene un vecino no hay que entrar a degüello a enfrentarse con él, hay que dejar pasar un poco de tiempo, no mucho porque los problemas hay que resolverlos, pero sí el suficiente para poder ver un poco mejor por dónde vienen los tiros… y a lo mejor es el alcalde el que tiene que dar marcha atrás y se da cuenta de que está equivocado. Fue un consejo que siempre intenté seguir”, manifiesta.

Un alcalde con buen talante

El exregidor se congratula de haber contado en su candidatura con “gente de lo mejor, gente muy trabajadora con la que no faltaron discusiones y desacuerdos, pero siempre las resolvíamos antes de llegar a los plenos; allí éramos una piña”. También consiguió mantener buenas relaciones con todos los grupos políticos “desde la izquierda a la derecha”. Y lo mismo le ocurrió con los ayuntamientos limítrofes, incluidos Siero y Noreña. Guarda especial buen recuerdo de Juan José Corrales, José Antonio Noval y Aurelio Quirós. “Si necesitaba de Siero a la policía local, o a los de Protección Civil, allí los tenía. Incluso los puestos para la feria nos los dejaban ellos”. También califica como muy buena la relación con los distintos gobiernos del Principado, “porque, si tenía algún desacuerdo con un director general o con un consejero, lo llamaba, iba a verlo y discutíamos los que hubiera que discutir… pero no salía en la prensa poniendo a parir a nadie”. Mantiene muy buenos recuerdos de todos sus compañeros alcaldes durante la etapa como vocal de la Federación Asturiana de Concejos, FACC, “fueran del signo político que fueran”, recalca. “Y también tuve buenas relaciones con los medios de comunicación. Como anécdota, el otro día en Oviedo una periodista dejó el carrito del bebé que llevaba al marido y vino corriendo a saludarme”.

Abandonó la política coincidiendo con su jubilación como ganadero

Durante su mandato, se remataron obras ya iniciadas en el anterior y se iniciaron otras nuevas: “Hormigonamos todos los caminos, hicimos la red general de saneamiento, se construyó el polígono industrial y fuimos formando y potenciando las asociaciones vecinales. También se hicieron todos los parques de Vega, reparamos todos los entornos… en fin, obras se hicieron muchísimas y aún quedó mucho por hacer que, por suerte, están realizando ahora”. Recuerda “lo mucho que peleamos por el premio al ‘Pueblo Ejemplar’ que conseguimos en 2006”.

Javier Parajón, el alcalde que “tenía que catar les vaques antes de ir al ayuntamiento”, decidió abandonar la política en 2015, a punto de cumplir 65 años y coincidiendo con su jubilación como ganadero. “Lo más importante que me queda de esa etapa son las personas”, subraya, “pues es el día de hoy que aún me tropiezo gente que viene a saludarme con cariño o voy a tomar un café con ellos y, por encima de todo, ésa es la mayor satisfacción personal que me queda”.

‘Galardón Errante’ a los sanitarios asturianos

Parajón ostenta la presidencia del Coro Errante de la Comarca de la Sidra desde 2013, un grupo que es “como una pequeña familia” y que interpreta desde habaneras hasta música tradicional asturiana, así como música religiosa. Celebraban a lo largo del año varios festivales y encuentros, uno de ellos el llamado ‘Encuentro de la sidra y la mar’ el cual “tenemos previsto hacer, si la pandemia lo permite, el próximo 4 de septiembre en un formato reducido y, por supuesto, con todas las medidas de seguridad. Este año vamos a otorgar el ‘Galardón Errante’, nuestro premio anual, a la sanidad asturiana, pues queremos poner en valor el gran trabajo que han hecho y siguen haciendo los sanitarios asturianos. Éste ha sido un año difícil para todos, pero para ellos ha sido durísimo y hay que pensar que son seres humanos con una familia detrás que están haciendo una labor encomiable. Por este motivo, aunque sin duda hay mucha gente que lo merece, nos hace una enorme ilusión entregárselo a ellos”. En el festival actuarán, además del Coro Errante, cuatro representantes de la tonada asturiana: Álvaro Fidalgo, José Manuel Robledo, Luisi Martínez y Cristina Sánchez.

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