- María José González, reelegida como presidenta de Llanera sin Barreras
- Los alumnos de 1º y 2º de ESO del IES Juan de Villanueva celebraron el Día de la Educación Física en el parque Alfonso X de Pola de Siero
- Crece “El Bosquín del Peña” con 60 nuevos abedules y castaños en el Parque Perirubano de Pola de Siero
- I Xornaes Interxeneracionales “Alcordances d otru tiempo en Valdesoto” el 29 de abril
- El Nuevo Polideportivo de Siero acoge este fin de semana la Fase Final del Campeonato de Asturias de balonmano cadete femenino
SOCIEDAD
Maruja Lombardía recibió la insignia de las Fiestas de la Virgen de La Cabeza
La vecina de Meres, Maruja Lombardía, recibió un sentido homenaje de los responsables de organizar las fiestas de la Virgen de La Cabeza, después de celebrarse la Santa Misa en la Capilla, donde se le hizo entrega de la insignia de las fiestas. Lombardía es conocida como “Viuda de Gallo”, tiene 93 años, un hijo, Faustino Quince, y dos nietos, Jonás y Darío, además le acompañaron sus sobrinos. Maruja nació en Pola de Siero y cuando se casó se fue a vivir a Oviedo, donde trabajó como repartidora de leche durante 10 años. Al enfermar sus suegros el matrimonio se trasladó a vivir a Meres, cerca del Palacio, donde se dedicó a la casería. “Estoy muy contenta con este homenaje, hace algunos años Avelino “El Rilu” ya ando detrás de mí para dármela. Llevó 60 años en Meres y estoy muy contenta con mis vecinos. Me encantan las fiestas y suelo acudir a la misa y a comer el bollo”, apuntó.
Debido a la pandemia las fiestas este año se han reducido a la misa y al reparto del bollu y la botella de sidra, además el pasado año no se pudo celebrar ninguna de las actividades. La misa fue oficiada por el párroco de Noreña, Pedro Tardón, que quiso recordar al sacerdote de Meres fallecido el pasado mes de diciembre, Alejandro Díaz, al impulsor de estas fiestas, Avelino “El Rilu”, que falleció en 2019 y al resto de socios que ya no están. Tardón quiso dedicar su homilía al optimismo y la alegría, tan necesarios tras vivir más de un año de pandemia. “Las personas alegres y optimistas saben abrir su mente, darse a los demás y abrazar, pero eso no les hace inmunes a las tristezas de los demás, hay que vivir y buscar situaciones que nos alejen de la sensación de tristeza”, apuntó.
En la misa se dieron cita más de un centenar de feligreses, que respetaron todas las medidas sanitarias, ya que mantuvieron la distancia de seguridad y el uso de mascarilla.