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SOCIEDAD

El cierre perimetral deja a Siero sin clientes y vecinos en las calles

Martes 02 de Febrero del 2021 a las 17:06


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Este martes ha sido un martes de mercado diferentes en Pola de Siero, tras decretarse por parte del Principado el cierre perimetral del concejo, hasta el día 15 de febrero a las 00.00 horas. “La Pola está muerta” fue la frase más repetida por los vecinos y los propietarios de los puestos del mercado. Uno de los vecinos de la Collada, Alfonso Palacio, aseguró que él acude a Pola en autobús un día a la semana para hacer la compra, “el cierre perimetral a mí no me afecta, porque todas mis compras las hago en Pola. Afectará más a la gente que trabaje en otros concejos, pero a mí en principio no. Lo que es cierto es que hay muchísima menos gente hoy comprando que la pasada semana”, relató.

Otra de las personas a las que tampoco afectó el cierre perimetral es a María Teresa González, que acude todas las semanas al mercado a vender sus excedentes de la huerta, “vengo de Collado y al no ser un cierre dentro del concejo puedo venir a vender mis productos, por eso no me ha afectado”, destacó.

Otros dueños de puestos de alimentación reconocieron que han vendido muchos menos y que los clientes han bajado considerablemente, “nos ha afectado porque los clientes que venían de Sariego, Oviedo y otros concejos limítrofes no pueden entrar. Además muchos puestos que son de personas mayores también optaron por no venir, por el miedo al contagio. Nos está afectando mucho porque siempre que hay restricciones la gente  no sale a consumir”, apuntaron.

Una vecina de Pola, María José Martínez, aseguró que personalmente a ella el cierre perimetral no la ha afectado demasiado, porque trabaja en la Residencia Covadonga en Pola y va a trabajar y para su domicilio. “Los más afectados en este cierre considero que son los hosteleros, que solo podrán abrir sus terrazas, porque en esta ocasión los comercios pequeños siguen abiertos y me parece muy lógico, porque en ellos entramos de uno en uno”, apuntó. María José aseguró que  ella misma padeció covid, aunque de manera asintomática cuando se dio un brote en la Residencia al inicio de la pandemia, “no fui muy afectada por la enfermedad, pero sí que estoy afectada psicológicamente, porque esto te va minando. Por suerte, en mi familia nadie entró en ERTE e incluso mi hijo en mitad de la pandemia ha encontrado trabajo”, confesó.

Las otras dos poblaciones con más número de habitantes que se pueden ver más afectadas por el cierre, al contar con vecinos que trabajan fuera de dichas localidades o que tienen que desplazarse a otros concejos para trabajar o estudiar, son: El Berrón y Lugones.

La vecina del Berrón, Laura Rodríguez, comentó que su familia está en Luanco y llevan más de 15 días con el cierre perimetral, “no puedo ir a verlos ni ellos pueden venir sin una causa justificada. La verdad es que estoy muy enfadada con esta situación y muy frustrada, porque lo único que hago es salir con mis hijos al parque o pasear e ir a comprar y otra vez volver para atrás, cuando estás haciendo todo lo que te mandan es un fastidio. Además yo me quedé en el paro y llevo seis meses, pero tengo amigas que están en el ERTE y hasta hace pocos meses no comenzaron a cobrarlo. Parece que está todo bien y de repente otra vez con medidas restrictivas”, se quejó.

Otra vecina, Lorena Álvarez, que trabaja en una farmacia en Gijón, “ahora sufro doble cierre perimetral, el de Gijón que lleva 8 días y el de aquí. Pero considero que está no es la solución, sería mejor hacer un confinamiento extremo que los militares nos suministrarán todos los productos y alimentos que necesitamos y que la gente no pudiera salir de casa, porque ahora podemos hacer muchas cosas que no evitan los contagios, eso sumado a las fiestas ilegales. Durante el confinamiento muchos clientes venían a la farmacia y me decían “no sé qué voy a comprar, dame un gel”, y eso solo lo hacían para darse una vuelta a la manzana y salir. Tampoco he visto muchos controles en los accesos a Gijón, sí que los hubo en el confinamiento, pero estas últimas veces no los he visto”, denunció.

Beatriz Martínez, vecina de Lugones aseguró que lo único que hace es salir a comprar y con sus hijas al parque, “creo que ya estamos acostumbrados, a nosotros el cierre perimetral no nos está afectando porque es lo que hacemos a diario. Lo que es cierto es que considero que vamos a ser todos antisociales cuando todo esto acabe”, relató. Los vecinos aseguran que por la mañana hay movimiento sobre todo en los comercios, pero que por la tarde no hay nadie o muy poca gente.

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