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Faustino Fernández Ovies: “Los mejores años de mi vida fueron los de ciclista profesional”

Martes 22 de Septiembre del 2020 a las 05:10


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Faustino Fernández Ovies en natural de El Berrón, donde sigue viviendo, nació en 1953 y su afición por la bicicleta comenzó de muy joven, gracias a que su madre que usaba una bicicleta para ir a trabajar a Noreña, Tino la cogía a la vuelta del trabajo de su madre y se iba con los amigos a andar en ella, con el paso de los años ahorró los suficiente para comprarse una.

Con 15 años fue cuando empezó a competir como aficionado y después lo hizo como amateur, “he competido en todas las carreras de las fiestas que organizaban en los alrededores. De amateur corrí con muchos equipos uno de Avilés y otro de Valladolid, fue al poco de dejar el colegio, además en mi casa me apoyaban, porque les gustaba este deporte”, comentó.

Fue una vez que acabó el servicio militar, que lo hizo en León y Gijón, cuando comenzó su etapa como profesional del ciclismo en el equipo KAS, gracias a su amigo Antonio Menéndez, ya que pensó en Ovies cuando el club sufrió varias bajas por accidentes en las carreras. Militó en el equipo vasco de 1976 a 1978, allí coincidió con Vicente López Carril, Antonio Menéndez y José Enrique Cima. “Fui muy amigo del Tarangu, era muy buena persona”, narró.

Dentro de su palmarés participó dos veces en el Tour de Francia, aunque no lo acabó, corrió la Vuelta a España, ganó varias Subidas a Arriate y El Santuario de Oro, en Vitoria. Pero sin lugar a dudas su gran victoria fue el Giro de Italia, donde se llevó el Premio de la Montaña, que le hizo merecedor del mallot verde. Ovies llegó a figurar, gracias a su gran carrera, como tercero en la posición general, pero al final no la pudo mantener.

Fue en 1979 cuando el equipo cántabro de Teka llamó a su puerta y ese mismo año ganó la etapa de la Vuelta a Asturias entre Luarca y el Alto del Naranco, venciendo a Alberto Fernández y Ángel Arroyo. Con Teka se llevó también el primer sector de a Tercera Etapa de la Vuelta a los Valles Mineros entre Pola de Laviana y el Alto de Pajares, superando a Moliner, Ángel Arroyo y Mayoz del Novostil.

En 1980 militó en el equipo mallorquín “Henninger Aquila Rossa” junto a ciclistas como José Enrique Cima, Roxín y Ordiales. Consiguió esa temporada la victoria de etapa y la General de la Vuelta a Aragón. “Una crisis económica como la que vivimos ahora hizo que desaparecieran muchos equipos y sólo quedarán dos, esto adelantó mi retiro del ciclismo con 27 años. Ahora mismo no lo echo de menos, porque han pasado más de 40 años. Es cierto que fue muy duro para mi dejarlo, porque era toda mi vida, tenía una vida como un monje: entrenar y dormir. Mis rutinas eran siempre las mismas, pero al dejarlo vi lo que era la vida realmente”, apuntó. De lo que está más orgulloso es de que ganó la subida a Arriate de juvenil, amateur y profesional.

Ovies considera que el ciclismo ha cambiado un 100% de cuando él lo practicaba a la actualidad, “hay mucha diferencia en todos los sentidos, en las preparaciones, se corre el doble y las bicicletas no tienen nada que ver, se pueden levantar con un simple dedo son mucho mejores. Lo que está claro es que es un deporte o un hobbie caro, porque las bicicletas puedes contar mucho dinero. Pienso que este deporte no está valorado, mucha gente habla de él, pero para saber realmente lo que es hay que subirse encima de la bicicleta, participar, sufrir y hacer esfuerzos. Este deporte no es sólo ganar carreras, sino que te enseña algo en la vida, pienso que sobre todo aprendes mucho sentido común, a dosificarte y a no arriesgar si no es necesario”, explicó.

Hace dos años sufrió una enfermedad y confiesa que en este momento todavía se está recuperando, ha tenido mucho que ver en su recuperación la bicicleta, “perdí la fuerza y la bicicleta me va muy bien para coger masa muscular, la tengo puesta en un rodillo en la habitación y de eso no me olvido, porque la veo todos los días. Estoy seguro de que mi mejoría ha sido por este deporte”, afirmó.

Ovies aseguró que lo mejor de su carrera fue medirse con ciclistas de élite, a los que considera unos “maestros” sobre la bicicleta, “ellos acababan su etapa y yo empezaba. Corrí con todo el mundo, Eddy Merck y Bernard Hinault. La mejor etapa de mi vida ha sido la de ciclista profesional”, recordó.

El año pasado en las fiestas de El Berrón, se organizó una prueba de Escuelas de Ciclismo, gracias a la Escuela de Ciclismo de Viella, y le pusieron el nombre de Faustino Ovies. “Es un gusto ver a los más pequeños correr, son unos máquinas, me dejaron muy sorprendido lo hicieron muy bien y todos se llevaron su recompensa. Además, vinieron escuelas de Galicia, Castilla y León y Cantabria, se llenó el pueblo para ver la carrera que se disputó en el centro de El Berrón”.

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