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CARTA AL DIRECTOR
Antígona ¿Un gesto inútil?
Estos últimos días, representando en Gijón y en Oviedo, en medio de unas medidas sanitarias extremas, una idea me venía sin cesar a la cabeza: ¿merece la pena este esfuerzo? Esfuerzo que hacemos los actuantes y los organizadores, y también el público, teniendo que ver el teatro en condiciones que no son las óptimas.
En esa nueva situación teatral la visión de Antígona se hizo presente. ¿Tenía razón Creonte? ¿El acto de Antígona tapando con tierra el cuerpo de su hermano muerto servía para algo? ¿Era un gesto inútil? ¿Solo Creonte, defendiendo la legalidad, tenía razón?
Polinices, el hermano de Antigona, había muerto en la batalla, como el teatro asturiano, pero había muerto en el bando enemigo. En el teatro, en Asturias, siempre hemos sido del bando enemigo.
Y ese paisaje después de la batalla, que es como comienza Antígona, es el paisaje en que se encuentra el teatro profesional asturiano.
Creontes, ciegos y sordos, que solo saben invocar la ley, su ley, y que no son capaces de una mínima comprensión hacia su enemigo. ¡Que se muera el teatro! ¡Yo voy a seguir cobrando! Ni escucha ni comprensión, solo desprecio y normativa.
Pero siempre nos quedará esa Antígona, que, con su gesto, ¿inútil?, con su puñado de tierra, está apoyando al teatro, conservándolo, estimulándolo.
Actuando nos parece absurdo nuestro trabajo, pero el puñado de tierra del público que asiste a nuestras representaciones, las programaciones de Gijón y de Oviedo, están salvando la dignidad de Polinices, están apoyando el teatro profesional asturiano, están apoyando nuestros espectáculos, buenos, malos o regulares.
El resto son Creontes que solo quieren su orden y su tranquilidad, su no programación y que, en el fondo, se sentirían mejor si el cuerpo de Polinices fuera devorado por los buitres.
¿Por qué tantos Creontes y tan pocas Antígonas? ¿Es culpa de nosotros, del teatro? ¿Es culpa del coronavirus? ¿Es culpa de esa ley que esgrimen como respuesta de salvación?
Con tantos Creontes, y tan pocas Antígonas, ¿qué circuito, tarde y mal, va a proponer la Consejería de Cultura? ¿Será un Circuito a favor del teatro, es decir Antígona, o será un Circuito para que los Ayuntamientos consigan un poco de dinero, es decir Creonte? Polinices ya está muerto y enterrado ¿Convertirse en una nueva Antígona es lo que pretende la Consejería de Cultura? Tarde, siempre llega tarde, como Creonte.
Por eso, antes de que acaben los buitres con nosotros, tenemos que dar las gracias a esos pequeños gestos que, aunque para algunos no tienen sentido, para nosotros, la gente del teatro, son muy importantes. De esos pequeños gestos depende nuestro futuro.
Ese puñado de tierra nos anima a seguir luchando, a entender que el apoyo al teatro profesional asturiano existe, aunque las Antígonas sean pocas, y tengamos que seguir peleando contra una absurda caterva de Creontes, inútiles, cargados de razón, pero que nunca serán capaces de vencer el corazón de Antígona.